header parallax image
Devocional del día, Devocional diario, Biblia, Predicaciones, Bosquejos, Artículos, Consejeria, Versiculo diario - Desarrollo Cristiano Internacional
  • Inicio
  • Identidad
  • Valores del reino
  • Relaciones
  • Espiritualidad
  • Artes pastorales
  • Héroes de la fe
  • Inicio
  • Identidad
  • Valores del reino
  • Relaciones
  • Espiritualidad
  • Artes pastorales
  • Héroes de la fe
Arte Pastoral

¡Atrapados!

29 mayo, 20131217 visitas

 El ciclo de la confesión es una teología equivocada y un enfoque errado de la vida cristiana eficaz. No obstante, la mayoría de los pastores son susceptibles al mismo. Este ciclo funciona de esta manera: pecar y confesar, pecar y confesar, pecar y confesar, y así sucesivamente en una cadencia repetitiva y mecánica. Por supuesto que Juan nos enseñó que confesáramos nuestros pecados. Sin embargo, la trampa del ciclo de la confesión es que confesamos el mismo pecado una y otra vez, y de esta manera el pecado, cada vez, se arraiga más a nuestra vida y oprime de manera profunda nuestro interior y nuestra vida.

 

Círculo vicioso

A pesar de que la Escritura nos insta a que nos apartemos del pecado, no solo que lo confesemos, resulta fácil hundirnos en un autoengaño cada vez más oscuro si nos dejamos atrapar por el ciclo de la confesión. Cuanto más luchemos contra el pecado, pero solamente confesándolo sin apartarnos de él, más disponibles estaremos para que el pecado nos atrape con toda su fuerza, sin siquiera darnos cuenta.

 

Por ejemplo, es verosímil que nuestra intención sea confesar la lujuria cada vez que nos sorprendan pensamientos lujuriosos. Sin embargo, la lujuria como pecado cobra vida propia. Cuando se confiesa, pero se reincide en ella una y otra vez, la misma repetición del pecado convierte al pecador en esclavo, incluso si el pecador es un pastor verdaderamente arrepentido.

 

La repetición de la lujuria (a pesar de que la haya confesado) desarrolla tolerancia a la misma debido a la naturaleza esclavizante del pecado que busca objetos más excitantes para alimentarla. Esta tolerancia creciente y la naturaleza progresiva del pecado esclavizan, incluso si confesamos el pecado. La esclavitud progresiva o adicción, como comúnmente se la llama, es real tanto cuando el pecado no es físico, como en el caso de la lujuria, como cuando sí lo es, como embriagarse con alcohol.

 

Problemas de ceguera

Si una persona se emborracha con regularidad, pero confiesa esa debilidad con frecuencia, es probable que también sea perdonada regularmente. Pero también cabe la posibilidad de que se convierta en alcohólica perdonada químicamente dependiente. Cada proceso o sustancia adictiva lleva consigo la ceguera del autoengaño que es la negación. Cuando suponemos que hemos resuelto el pecado correctamente porque ya lo confesamos, alimentamos la negación. La adicción toma el mando, entonces, mientras seguimos creyendo neciamente que en realidad nos hemos ocupado de la misma.

 

La meta de apartarnos del pecado y enfrentar su poder adictivo con eficacia la ignoramos por el ciclo de la confesión del pecado. Pero debe convertirse en el objetivo indiscutible para que un pastor logre crecer en gracia y libertad. Este ciclo erróneo también perjudica a los pastores en dos aspectos más. En primer lugar, depender constantemente del pecado crea una vergüenza mayor. Siempre existe una vergüenza adicional que rodea a los pastores que se han dejado encadenar por el pecado.

 

En segundo lugar, el ciclo de la confesión del pecado los lleva a que eviten los métodos más útiles para lidiar contra las adicciones esclavizantes. Decisiones como contarle la verdad a personas confiables, buscar el apoyo de los demás —no como líder, sino como miembro— y reconocer nuestra necesidad como personas vulnerables, que humildemente debemos depender de nuestro «poder superior», no las podemos tomar por nuestra falsa presunción de que «confesar» es todo lo que se requiere hacer para enfrentar el pecado.

 

Pasos de restauración

Si se encuentra atrapado en el ciclo de la confesión, contarle la verdad a alguien confiable es un gran comienzo. En CRN (Clergy Recovery Network) hemos decubierto que son pocos los pastores capaces de tratar con eficacia la poderosa atracción de la esclavitud inducida por procesos o químicos adictivos. Si un pastor quiere lograr que su adicción se convierta en sobriedad, ya sea adicto a la lujuria o al alcohol, le urge saber que ni con buenas intenciones ni clamando a Dios conseguirá tal sobriedad por su propia cuenta. Necesitará actuar de acuerdo con aquello que Dios ya ha requerido: honestidad con la comunidad, en vez de confesión reiterada.

 

Si se encuentra atrapado en el ciclo de la confesión del pecado es probable que también se encuentre atado a algo más. Es hora de que rompa las cadenas y avance hacia la libertad. Diríjase a una persona confiable que se interese por usted, y comience a contarle la verdad a esa persona. Debe ser alguien que conoce el poder esclavizante de los ciclos destructivos y ha dado el paso que usted también debe dar.

Se tomó de Clergy Recovery Network: Where Ministry Professionals Find Grace and Hope. Todos los derechos reservados. Se usa con permiso del autor.

liderazgopastoralpredicación
  • tweet
anterior

Nunca quise ser la esposa de un pastor

siguiente

La era de la simpasión

Relacionados

El futuro está en lo nuevo

11 abril, 2014

¡A trabajar!

18 octubre, 2013

El gozo de la cruz

27 septiembre, 2013

Devocional de hoy

  • ¡He aquí tu sierva!
    El que desee involucrarse con Cristo deberá entender que se ganará el desprecio y la condenación de los que andan en tinieblas.

lo más leido

El día de Pentecostés y la venida del Espíritu Santo: el nacimiento de la Iglesia, Parte I

El día de Pentecostés y la venida del Espíritu San...

publicado el 15 julio, 2005
Uno más uno: La pareja según el diseño de Dios

Uno más uno: La pareja según el diseño de Dios

publicado el 15 julio, 2005
¡Huye! No seas esclavo de la lascivia

¡Huye! No seas esclavo de la lascivia

publicado el 15 julio, 2010
Consejos para la intimidad matrimonial

Consejos para la intimidad matrimonial

publicado el 15 julio, 2010
El adolescente y su proyecto de vida

El adolescente y su proyecto de vida

publicado el 28 septiembre, 2009

videos mas vistos

Levanta tu cabeza

Levanta tu cabeza

publicado el 13 enero, 2017
Mujer Virtuosa

Mujer Virtuosa

publicado el 13 enero, 2017
Ser santos

Ser santos

publicado el 13 enero, 2017
Prioridades

Prioridades

publicado el 13 enero, 2017
Nuevo año, parte I

Nuevo año, parte I

publicado el 13 enero, 2017

Categorías

Ese hombre es como un árbol
plantado junto a los arroyos:
llegado el momento da su fruto,
y sus hojas no se marchitan.
Salmo 1:3 RVC