Siempre aníme a sus hijos a ser persistentes, sea franco con ellos, disciplínelos cuando no lo hagan, pero siempre anímelos. Sea de ánimo para sus hijos y se lo agradecerán por el resto de su vida.
La Iglesia debe proveer claras enseñanzas a los jóvenes sobre el valor de la abstinencia sexual fuera del matrimonio.
Si perdemos nuestro hogar, bíblicamente quedamos descalificados para ejercer el ministerio. Muchos sienten culpabilidad por dedicar tiempo para gozar a la familia, pero el no hacerlo trae tristes consecuencias. El autor nos reta a que cada uno de los que estamos en el ministerio nos deleitemos en el seno de nuestras familias y aprendamos a disfrutar el tiempo que compartimos con ella.
Los niños reciben muchas y diversas influencias fuera de casa, pero la más duradera es la que ejercen sobre ellos sus propios padres. El hogar es la verdadera catapulta, el verdadero impulso para que los hombres y mujeres de mañana ingresen al complejo mundo en el cual nos toca vivir. Esa es la legítima plataforma de lanzamiento.
Los niños son piedras preciosas que debemos alcanzar para Cristo, sin embargo, a veces nos preguntamos si hay ciertas personas que pueden realizar esta importante tarea. ¿Quién cree usted que debe evangelizar a los niños? ¿Todos los creyentes? O, ¿los que sienten un llamado a este ministerio? El autor Sam Doherty nos ayuda a responder a esas preguntas.
Evangelizar a los niños no sólo significa una vida que se salva, sino también un futuro siervo que podría traer a otros hasta los pies del Padre. En el último artículo de esta serie, el autor Sam Doherty nos pone a pensar sobre la importancia de la vida de los niños.