Proveer consejería pastoral o matrimonial a varones requiere ciertas consideraciones de género previas. Es posible que antes de trabajar con el problema en cuestión se requiera orientar la consejería a entender y reparar el aspecto de la identidad del varón.
Servir a Cristo como matrimonio es uno de los privilegios de quienes han sido llamados al ministerio pastoral. Cuando las responsabilidades ministeriales no se manejan correctamente, sin embargo, puede acabar con la vida de la pareja.
Si perdemos nuestro hogar, bíblicamente quedamos descalificados para ejercer el ministerio. Muchos sienten culpabilidad por dedicar tiempo para gozar a la familia, pero el no hacerlo trae tristes consecuencias. El autor nos reta a que cada uno de los que estamos en el ministerio nos deleitemos en el seno de nuestras familias y aprendamos a disfrutar el tiempo que compartimos con ella.
Toda situación inesperada puede provocar tanto una crisis en la persona que lo experimenta como en la familia a la que pertenece. Cuando un padre pierde el trabajo, la seguridad de contar con un salario se desvanece y ello provoca inestabilidad económica y emocional. Existen deferentes maneras de enfrentar la situación, enfocándose en la pérdida o en el pacto de Dios. El autor ofrece varios consejos para trabajor el varón que ha perdido el empleo.
¿Qué tan importante es tener un tiempo devocional familiar? ¿Es posible tenerlo? Y si es así ¿cómo? Graciela Merril comparte con nosotros las experiencias de su familia en esta actividad y prácticos consejos para empezar a tener vivencias verdaderamente cristianas como familia.
Los niños reciben muchas y diversas influencias fuera de casa, pero la más duradera es la que ejercen sobre ellos sus propios padres. El hogar es la verdadera catapulta, el verdadero impulso para que los hombres y mujeres de mañana ingresen al complejo mundo en el cual nos toca vivir. Esa es la legítima plataforma de lanzamiento.