Una cultura de consumo valora a Dios solo por las bendiciones que él pueda ofrecer
Todavía recuerdo esos dos momentos, tan aparentemente sencillos y sin mayor trascendencia, uno en mi iglesia local y otro en una ciudad de un país sudamericano...
El amor a las riquezas sigue siendo, como siempre lo ha sido, el principio de todos los males.