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Matrimonio

No olvidemos a las esposas

24 junio, 20132200 visitas

 Durante los últimos diez años en que hemos desarrollado la ministración y recuperación personal para pastores y sus esposas, el director de Clergy Recovery Network (La red de recuperación pastoral) ha visto mucho sufrimiento. No son pocos los pastores cuyo sufrimiento es intenso. Pero, ¿qué ocurre con sus esposas? En nuestra experiencia, las esposas sufren aún más. Sus voces no han sido escuchadas; su dolor, sus deseos, sus necesidades y sus anhelos se han dejado de lado por la urgencia y la presión del ministerio.

 

Esposas olvidadas

Esto también ocurre cuando el pastor necesita buscar ayuda y recuperación. Es muy común descuidar las necesidades de la esposa una y otra vez. Los recursos son escasos, la recuperación pastoral es realmente necesaria y la disponibilidad de ayuda de calidad que pueden recibir estas esposas desinteresadas resulta mínima.

 

«Querida esposa, sabemos que eres importante; hay esperanza para ti».

 

Las esposas sufren por muchas razones, pero por lo regular observamos, al menos, cuatro motivos en nuestro centro de recuperación. En primer lugar, las esposas sufren por sus propios asuntos. Sus debilidades, fracasos, adicciones y pecado las mantienen en sufrimiento; pero, no solo esa lista, también sus esposos y el ministerio. En la experiencia de CRN, este sufrimiento es el que menos prevalece y el que otros ven como de menor gravedad.

 

Esposas oprimidas

Otra categoría de sufrimiento, es el dolor causado intencionalmente o sin intención por los esposos-pastores opresivos. Muchas veces las esposas son llamadas a guardar silencio por una dominación machista, antibíblica, que exige la sumisión para garantizar el bienestar de su esposo y la de la iglesia. Las esposas son humilladas por un sistema que manipula la Biblia para imponer una sumisión que en realidad no es otro asunto que opresión y abuso. Cuando las esposas se levantan en contra de esto y comienzan a ocuparse de sí mismas, procurando fortalecerse para ser todo aquello que Dios quiere que sean como mujeres, esposas y sanadoras, chocan contra una fuerte oposición en sus hogares e iglesias.

 

A los esposos que suponen que siguen la tradición bíblica de Efesios 5, les resulta muy sencillo convencerse a sí mismos, y a sus esposas dolidas, que los problemas de su matrimonio obedecen a los defectos de la mujer. Mencionan cosas como: «Si solamente hiciera mejor las cosas, se esforzara más y fuera más dulce…». Los pastores, que impulsan sus ministerios por una ambición egoísta o por el temor al fracaso, buscan aquietar las preocupaciones de sus esposas disfrazándose con una autoridad bíblica. Cuando emplean la Biblia de esta manera, se desata el peor de los abusos espirituales. Obligar a la esposa a convertirse en un felpudo por el bienestar del ministerio es una violación brutal de Efesios 5.

 

Esposas sufridas

La tercer categoría de sufrimiento común entre las esposas de pastor es el dolor que resulta de las debilidades, fracasos, pecados y adicciones del esposo. Por ejemplo, las esposas son las primeras en descubrir que sus esposos abusan de la Internet. Hemos trabajado con muchas esposas que han descubierto repetidas veces a sus esposos mirando pornografía y que las han obligado a guardar silencio. Por el bien de la iglesia, de los hijos o del Señor, sus esposos les ruegan que los acompañen en el secreto. No sugerimos o insinuamos que, cada vez que una esposa descubra a su esposo en alguna actitud inapropiada, lo correcto sea revelar el asunto al Consejo de la iglesia. No obstante, cuando se ocultan secretos y los pecados se repiten una y otra vez, urge que se tomen medidas al respecto.

 

Esta situación deja en un dilema terrible a estas esposas. Una mujer que busca ayuda para el esposo que esconde un pecado secreto debe abandonar su propia perplejidad. Deberá enfrentarse al hecho de que podría causarle la pérdida de la carrera a su esposo. Requerirá mucho valor para afrontar la verdad. Algunas esposas deciden buscar ayuda, pero no se lo comentan a personas confiables y apropiadas. El resultado es que los abusos y los secretos continúan. Cuando un pastor se vuelve adicto al sexo, al juego, al abuso de la Internet, a la violencia o a otros pecados secretos, muchas veces la esposa deberá elegir exponer a su esposo. Esto producirá inestabilidad en su vida y en la de sus hijos, pero es indefectible para obtener la ayuda que precisa. Muchos pastores, que se enfurecieron cuando se enteraron de que sus esposas habían contactado a nuestro ministerio y habían externado lo que ocurría en su vida, terminaron apreciando su valiente decisión para lograr la libertad familiar.

 

Esposas frustradas

La cuarta categoría de sufrimiento es el dolor de un matrimonio en conflicto. Las esposas de pastor han sufrido durante siglos matrimonios miserables por el bienestar del ministerio. ¿Cómo le cuentas a alguien que tu esposo pastor es un cretino? Los pastores que trabajan todo el tiempo no tienen disposición ni tampoco interactúan con amor e intimidad con sus esposas. Aquellos que se mantienen distantes no honran al Señor, ni resultan en verdad efectivos en el ministerio.

 

Si eres una esposa cuyo matrimonio sigue una dinámica semejante, seguramente te sientes atrapada. Pero puedes hacer algo al respecto. Te animamos a que busques ayuda. Las esposas suelen ser las primeras en buscar ayuda. Puedes ser una de ellas y unirte a alguien confiable en la travesía de la recuperación.

 

Si en tu lucha como esposa de pastor llevas la carga del ministerio o sufres por problemas con tu esposo o por problemas personales, es preciso que encuentres ayuda. Si tu necesidad es urgente, no dejes de tomar los pasos para comenzar a sanear la situación.

 

Te mereces toda la ayuda que puedas obtener para tu esposo y para ti misma. Encontrarás un soporte bíblico firme y una gran esperanza. No debes quedarte atrapada. Solamente si no buscas ayuda y te mantienes en silencio, te alejarás de la esperanza y de la ayuda mucho más de lo que puedas imaginar. No te quedes sola. Tu opinión es importante. Puedes marcar una diferencia en la vida de ambos y en el ministerio de tu esposo.

 

Se tomó de Clergy Recovery Network: Where Ministry Professionals Find Grace and Hope. Todos los derechos reservados. Se usa con permiso del autor.

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