Muchas iglesias y ministerios tiene un gran potencial para las misiones aún no encontrado o descubierto porque no saben cómo llegar a él. En este artículo le ofrecemos ocho sugerencias que pueden ayudarlo a no solo descubrir ese potencial sino a saber cómo aprovecharlo y ponerlo en práctica.
¿Por qué en la mayoría de nuestra literatura cristiana, el tema de la buenas obras está tan ausente? ¿Por qué en algunos con solo mencionarlo les produce nerviosismo? Todo el Nuevo Testamente avala la sentencia categórica de Santiago, «la fe, si no tiene obras, está completamente muerta». Esta es una breve reflexión para animar al pueblo de Dios a responder a su llamado de andar en buenas obras.
Hemos sido fuertemente influidos por el surgimiento de las «mega- iglesias». No podemos ignorar el impacto ni la presión que ejerce esta tendencia sobre nosotros...
La vida que nos han «vendido» está libre de dolor, angustia y tristeza. No refleja nuestro llamado al sufrimiento. Realmente el sufrimiento nos puede ofrecer, quizás, la mejor oportunidad de tener un encuentro profundo e íntimo con el Dios que, en su fidelidad y para nuestro crecimiento espiritual, nos aflige.
Muchos piensan que nuestra vida se acomodaría si incorporáramos a nuestra rutina diaria el tiempo para el devocional, pero, ¿por qué no se ven grandes frutos en muchos de los que tienen esta disciplina?
Los corazones han sido examinados, las obras evaluadas. En ellos se encuentran todos los datos necesarios para un análisis acertado del estado espiritual de la iglesia. El veredicto, cuando finalmente es pronunciado, ¡contiene una revelación devastadora!: «No eres frío ni caliente.