«Padre, ansío conocerte, pero mi cobarde corazón se resiste a dejar a un lado sus juguetes. No puedo deshacerme de ellos sin sangrar interiormente. Tampoco puedo ocultarte el terror que siento al pensar que debo separarme de ellos. Me acerco a ti temblando, pero heme aquí. Te ruego que desarraigues de mi corazón todo aquello que he amado más que a ti, entonces, harás que tu estrado sea glorioso. Tú me llenarás más allá que la pequeña satisfacción de las cosas.»
ENTREVISTA A NINO GONZÁLEZ, PASTOR DE LA IGLESIA EL CALVARIO, DE ORLANDO, FLORIDA.
Una cultura de consumo valora a Dios solo por las bendiciones que él pueda ofrecer
Todavía recuerdo esos dos momentos, tan aparentemente sencillos y sin mayor trascendencia, uno en mi iglesia local y otro en una ciudad de un país sudamericano...
¿Vacas sagradas o plataformas de desarrollo?
Afirmar la mirada en la multiplicación de iglesias le facilita al liderazgo una estrategia que ha dado robustos resultados en varios países